LOS ÁRBOLES NACEN Y MUEREN DE PIE: LA GALEANA DE LA PLAZUELA DE TACÁMBARO SE ENCIENDE POR ÚLTIMA VEZ
Durante años ha sido mudo testigo de la alegría y la tristeza de grandes y chicos que dejaron sus huellas grabadas en La Plazuela de Tacámbaro. Con su sombra oportuna resguardó a quienes se sentaban en la vieja banca junto a sus raíces, para sentir la frescura de sus ramas en verano y el aroma de sus flores anaranjadas en primavera, cuando le daba brillo al paisaje de la ciudad y aromatizaban el atardecer.
Eran buenos tiempos, cuando la galeana se erigía fuerte e imponente y su reinado parecía no tener fin. Pero un día la tristeza invadió sus raíces, ramas y flores y se vistió de oscuridad, y aun cuando las luces navideñas que cada diciembre se colgaban de él, pretendiendo iluminar sus días y noches, supo que ya se tenia que morir.
Ayer el ayuntamiento realizó una ceremonia para asistir al último encendido de luces de la galeana, el emblemático árbol de la plazuela de Tacámbaro que, tras muchos años de embellecer la ciudad, llega a su fin debido a que representa un peligro para las personas que diariamente visitan este conocido lugar. Hoy luce como un tronco seco y sin vida, pero su alma nos grita fuerte que los arboles mueren de pie.
En la ceremonia estuvieron presente autoridades y regidores del ayuntamiento para darle el ultimo adiós mediante el encendido de luces antes de que procedan a talarlo en los próximos días. Tal vez para muchos solo sea un árbol más que cae, sin embargo otros sabemos que representó la vida misma, no solo por su sombra y la belleza de sus flores anaranjadas como el atardecer, sino por el rol que le corresponde para el equilibrio ecológico de nuestra región.
¡Adios, galeana, adiós arbolito de La Plazuela!…¡Gracias por tu sombra, gracias por tu luz!
